EL GRAFITI ENTRA AL TEMPLO

El grafiti entra al templo: arte urbano y patrimonio dialogan en la Iglesia San Ignacio.

Foto: Andrés Rincón / FUGA.

Fotos: Andrés Rincón / FUGA.

Por primera vez en más de cuatro siglos, la Iglesia San Ignacio, en el corazón de la Manzana Jesuítica de Bogotá, abre sus puertas al arte urbano. Desde el 7 de octubre hasta el 14 de noviembre de 2025, la Capilla San José acoge la exposición “Trazos de Esperanza: Arte urbano por la paz”, un encuentro entre el grafiti y el patrimonio religioso que transforma la manera en que entendemos la espiritualidad, la memoria y la creación contemporánea.

Cuando el arte dialoga con la fe

La exposición, presentada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA, a través del Bronx Distrito Creativo, en alianza con la Manzana Jesuítica de Bogotá y la Subdirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría Distrital de Gobierno, se realiza en el marco de la 38ª Semana por la Paz, bajo el lema “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”.

Nueve artistas urbanos —Trazo, Prado, Tegas, Smith, Bec, Liza Bella, Maick, Santink y Hereje— reinterpretan el arte colonial desde el grafiti, resignificando los símbolos religiosos y devocionales del siglo XVII en un lenguaje contemporáneo.

Sus obras, realizadas en paneles de gran formato con técnica de aerosol, no invaden los muros del templo, sino que dialogan con ellos: proponen una conversación entre lo espiritual y lo cotidiano, entre el patrimonio jesuita y las nuevas narrativas urbanas que habitan el Centro de Bogotá.

Biocomunicación entre muros: lo sagrado y lo urbano se reconocen

Desde la biocomunicación, esta exposición representa un gesto simbólico de reconciliación entre dos universos que parecían distantes. El grafiti no irrumpe: dialoga. Se convierte en una mediación visual que da nueva voz a los símbolos del pasado y los proyecta hacia el presente.

Este encuentro entre lo sagrado y lo urbano es, en sí mismo, un acto de comunicación viva: un puente entre memorias, creencias y territorios. La espiritualidad se mezcla con la calle, y la pintura en aerosol se transforma en oración, en testimonio y en arte que escucha.

Como expresó Blanca Andrea Sánchez, directora de la FUGA:

“El grafiti no irrumpe, dialoga; resignifica los símbolos y les da voz en el presente. Este proyecto no enfrenta lo sagrado y lo urbano, sino que los reconcilia, reafirmando a Bogotá como una ciudad plural donde el arte construye comunidad y esperanza.”

Obras que tejen pasado y presente

Entre las piezas destacadas están:

  • “Todo Copas” de SMITH: une la jerga popular bogotana con la serenidad espiritual.

  • “Arte Urbano como Religión” de Liza Bella: transforma el Inmaculado Corazón de María en símbolo de esperanza.

  • “Montanangel” de Santink: un ángel jesuita sostiene una boquilla de aerosol en lugar del globo terráqueo.

  • “La Bendita Virgen de la Pintura” de Trazo: une el misticismo del siglo XVII con la energía cósmica del presente.

Cada obra es una traducción visual entre la fe y la creación, entre el patrimonio colonial y la vitalidad de la cultura urbana.

Un acto de memoria y reconciliación

Trazos de Esperanza no es solo una exposición: es un gesto cultural de reconciliación, un mensaje de paz y convivencia que reafirma a Bogotá como una ciudad creativa, diversa y plural. En el corazón de la Candelaria, el grafiti entra en la llamada “Capilla Sixtina de Bogotá” para recordarnos que el arte —cuando comunica con respeto y sensibilidad— puede sanar, transformar y unir.

? Capilla San José – Iglesia San Ignacio
?️ Del 7 de octubre al 14 de noviembre | De martes a sábado, 1:00 p.m. a 4:00 p.m.
?️ Entrada libre

#TrazosDeEsperanza #AquíSiPasa #CulturaBogotá #Biocomunicación #Canal724 #ArteUrbano #PatrimonioVivo

EL GRAFITI ENTRA AL TEMPLO

EL GRAFITI ENTRA AL TEMPLO

El grafiti entra al templo: arte urbano y patrimonio dialogan en la Iglesia San Ignacio.

Foto: Andrés Rincón / FUGA.

Fotos: Andrés Rincón / FUGA.

Por primera vez en más de cuatro siglos, la Iglesia San Ignacio, en el corazón de la Manzana Jesuítica de Bogotá, abre sus puertas al arte urbano. Desde el 7 de octubre hasta el 14 de noviembre de 2025, la Capilla San José acoge la exposición “Trazos de Esperanza: Arte urbano por la paz”, un encuentro entre el grafiti y el patrimonio religioso que transforma la manera en que entendemos la espiritualidad, la memoria y la creación contemporánea.

Cuando el arte dialoga con la fe

La exposición, presentada por la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño – FUGA, a través del Bronx Distrito Creativo, en alianza con la Manzana Jesuítica de Bogotá y la Subdirección de Asuntos Religiosos de la Secretaría Distrital de Gobierno, se realiza en el marco de la 38ª Semana por la Paz, bajo el lema “Arropamos la vida con dignidad y esperanza”.

Nueve artistas urbanos —Trazo, Prado, Tegas, Smith, Bec, Liza Bella, Maick, Santink y Hereje— reinterpretan el arte colonial desde el grafiti, resignificando los símbolos religiosos y devocionales del siglo XVII en un lenguaje contemporáneo.

Sus obras, realizadas en paneles de gran formato con técnica de aerosol, no invaden los muros del templo, sino que dialogan con ellos: proponen una conversación entre lo espiritual y lo cotidiano, entre el patrimonio jesuita y las nuevas narrativas urbanas que habitan el Centro de Bogotá.

Biocomunicación entre muros: lo sagrado y lo urbano se reconocen

Desde la biocomunicación, esta exposición representa un gesto simbólico de reconciliación entre dos universos que parecían distantes. El grafiti no irrumpe: dialoga. Se convierte en una mediación visual que da nueva voz a los símbolos del pasado y los proyecta hacia el presente.

Este encuentro entre lo sagrado y lo urbano es, en sí mismo, un acto de comunicación viva: un puente entre memorias, creencias y territorios. La espiritualidad se mezcla con la calle, y la pintura en aerosol se transforma en oración, en testimonio y en arte que escucha.

Como expresó Blanca Andrea Sánchez, directora de la FUGA:

“El grafiti no irrumpe, dialoga; resignifica los símbolos y les da voz en el presente. Este proyecto no enfrenta lo sagrado y lo urbano, sino que los reconcilia, reafirmando a Bogotá como una ciudad plural donde el arte construye comunidad y esperanza.”

Obras que tejen pasado y presente

Entre las piezas destacadas están:

  • “Todo Copas” de SMITH: une la jerga popular bogotana con la serenidad espiritual.

  • “Arte Urbano como Religión” de Liza Bella: transforma el Inmaculado Corazón de María en símbolo de esperanza.

  • “Montanangel” de Santink: un ángel jesuita sostiene una boquilla de aerosol en lugar del globo terráqueo.

  • “La Bendita Virgen de la Pintura” de Trazo: une el misticismo del siglo XVII con la energía cósmica del presente.

Cada obra es una traducción visual entre la fe y la creación, entre el patrimonio colonial y la vitalidad de la cultura urbana.

Un acto de memoria y reconciliación

Trazos de Esperanza no es solo una exposición: es un gesto cultural de reconciliación, un mensaje de paz y convivencia que reafirma a Bogotá como una ciudad creativa, diversa y plural. En el corazón de la Candelaria, el grafiti entra en la llamada “Capilla Sixtina de Bogotá” para recordarnos que el arte —cuando comunica con respeto y sensibilidad— puede sanar, transformar y unir.

? Capilla San José – Iglesia San Ignacio
?️ Del 7 de octubre al 14 de noviembre | De martes a sábado, 1:00 p.m. a 4:00 p.m.
?️ Entrada libre

#TrazosDeEsperanza #AquíSiPasa #CulturaBogotá #Biocomunicación #Canal724 #ArteUrbano #PatrimonioVivo

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